Por VichoMannel. Fotografia Victor Gonzalez

Sábado 18:58 cae la noche y yo sobre la cama en espera que llegue las 21:00 para salir a la «zona rosa» de mi Ciudad e impaciente navegando por las redes sociales, boca arriba, sin almohada, y luces apagadas siento un movimiento extraño de toda la casa, corre un escalofrío por mi cuerpo y una idea de «temblor»… se me ocurre anunciar en las redes siendo el primero en anunciar tremenda noticia en fb.
La onda expansiva del movimiento telúrico, fue un tiempo largo de mirar cómo se movía las paredes y el techo encima mio…. fue largo tiempo de 42 segundos que en ese momento se hizo minutos….. Yo sin nervios y con locura en la cabeza, salgo al balcon donde miro pasar la onda por medio de la calle y los adoquines o bloques de piso de forma ordenada, saltaban como canguil girando en el aire una vuelta y regresaban al piso de forma desordenada. En fin, de ahí en adelante, el país se destruyó en menos de 1 minuto.
La historia de esa foto.- Pasaron 4 meses de esa catástrofe y por un trabajo debo ir al punto cero o epicentro del Terremoto. Viajando un tiempo de 14 horas, 3 buses, y un dolor de espalda, llegamos a las ruinas de la que fue una de las más bellas ciudades. En mis manos siempre me acompaña mi vieja maleta fotográfica, y no pienso dos veces en buscar algo interesante a mi ojo y bello para el resto de los humanos. Mientras me instalaba en unas ruinas llamadas HOTEL, se sentía los movimientos de la tierra de forma ligera y que se notaba en los objetos enganchados en algún clavo de la pared.
Mochila en la espalda y cámara en el hombro, empieza la caminata a «ver» que se puede fotografiar. Destrozos, casas sin 2 paredes, carros aplastados por objetos pesados, calles abiertas, polvo en el aire, sin agua potable en la Ciudad y su gente luchando por sobrevivir, trabajando en lo que puede, y caminando sobre montículos de tierra, eso sí… con sonrisas y alegría, me miraban pasar contestando a mi saludo matutino. «BUENOS DÍAS’
Como fotógrafo y por los años de recorrido, he visto muchas cosas que no se merecen nombrar…. pero caminar en el mismo epicentro del terrible terremoto, es cosa única de adrenalina pura. Y luego de subir y bajar la misma calle, mirar y remirar la misma historia en cada casa, cada sector, las calles reventadas sin adoquines, se empezo el ojo a cansar y sabía que no tenía una foto única que se merece mi viaje. La noche llegó y a dormir con los temblores leves se ha dicho….
Amanece con un canto dulce de las aves que viven en la zona, llega un olor intenso a café dulce y un saludo: BUENOS DÍAS, su desayuno esta listo. Reviso mis apuntes y tomó la decisión de caminar al pueblo de alado donde también fue afectado del sismo, maleta en la espalda y dispuesto a caminar hacia el norte por un camino triste lleno de polvo viejo de las casas destruidas. Encuentro un montículo, encima una cruz grande de palo, mas tenia la apariencia de cementerio recién creado. Los pies, caminan solos hacia la puerta, y mientras miro el desierto que me encuentro, mis piernas se mueven al compás rápido de la ansiedad por conectarme con algo que necesito…… Ya superada la mitad del cementerio al final del espacio encuentro una pared larga, blanca, nueva, en forma de nichos y ya copada con visitantes eternos.
En mi mente repasó el dato de muertos que hubo en esas fechas 400 de un solo ‘tiro’ y digo: Con razon hay tantas cruces nuevas y espacio lleno. Ya parado al frente de la bóveda observo un hombre, triste, tarareando un ritmo melancólico, cabizbajo, y con pincel en la mano movía de arriba hacia abajo con ternura, observó ese detalle y se me ocurre alzar la cámara de fotos y hacer la imagen. 1, 4, 8 fotos, 15,45,70 segundos me demoro en captar la imagen, miro y miro cada disparo y decido terminar y pedir disculpas al señor «disculpe por el atrevimiento que hice» y me contesta con ojos llorosos «son mis 3 hijos y mi esposa.
fin.